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en las universidades los catedráticos derraman su arenal endémico sobre las escaleras en filosas olas de insignias doradas.

firmes,  constantes, descendentes desde los despachos que ocultan sus tareas. 

el rector como un dios de piedra que inmortalizado en un cuadro, muere repentino de un súbito ataque de viento. 

su decano, rey omitido desgranando la tierra. junta los restos perdidos de la estrategia anticipada.

quien abre un libro descubre una biblioteca, desata incontenible una tormenta de inercias. 

o despide por reflejo, todos los lazos que vencerán esa farsa.





6 comentarios:

Mayte Piera dijo...

Qué bueno y qué cierto...
Me encantó.

laveron dijo...

jua!
¿lo puedo llevar el miércoles a la mesa de exámenes que tenemos que tomar? se lo paso al G°5 y paso por el despacho del Decano y se lo volanteo.

¡Cómo me gusta Santullo!

Anónimo dijo...

ilustrísimo, excelentísimo y magnífico pozo negro lleno de nada

Elena dijo...

retrato perfecto.
ojalá aprendiésemos a hacer algo...

Noelia Palma dijo...

la entrada es reflexiva...
tiene destellos poéticos...
me gusta!!!

besotes

MTeresa dijo...

Una metáfora para reflexionar,
el conocimiento nos hace libres,
la universidad es su vehículo,
en cuanto al resto,
humanos somos
y dioses alcanzamos

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